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Brothers

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Quería hacer un inciso, a veces me releo y me asusto. No hay tanta frivolidad como parece, ni mucho menos. Me gusta exagerar las cosas, nunca compraría nada excesivo. Me gusta conocer sitios, conocer gente. Y si voy a Paris más de lo normal, primero es porque vive parte de mi familia, segundo porque la adoro. Con pasearme y perderme me basta, con ir a nadar a la piscina municipal, ir al Franprix a comprar la comida, me es suficiente. Patearme los subterraneos, volver a subir a la superficie. Calarme hasta los huesos y no importarme. Enfadarme con el camarero porque no me quiere servir un cortado con hielo, explicarle que quiero un vaso con hielo y que no, y que no, rebotarme hasta el mil, ceder y que me den un frappé apestoso, a cinco euros, y encima pagarlo. Entrar en una tienda de gays, sentirme divina y además no comprar nada. Comer en una terraza y tener que apagar mi cigarrillo porque a la señora de al lado le molesta. Vivir Paris lleno de rugby y hacer de el, el deporte de mi vida... A cada uno le toca vivir una cosa, a mi me ha tocado esto y que mis sobrinos en un futuro, sean franceses.

La vida es puñetera, cuando estabamos en casa nunca pensamos en este futuro, pensabamos que hincharnos a galletas duraría toda la vida, que tirarnos el colacao por encima antes de ir al cole seguiría para siempre, que jugaríamos siempre al comecocos y al space invaders, que mis papillas de galletas trituradas en un fregadero de cocina de muñecas, servirían siempre de alimento, que nos pegaríamos hasta llorar, que nos tirariamos en plancha detrás del sofa del salón trás recibir unos zapatillazos, que esconderiamos nuestros más profundos secretos a nuestros padres, nunca pensamos que un erasmus nos separaría físicamente para siempre y nunca pensamos que nuestro espíritu aventurero iba a traspasar las fronteras de nuestras habitaciones...

Ya está, a mi me sirve.

9 comentarios

Diego de Rivas -

Isabel, ¡qué vitalidad! dí que sí.

Alé, alé París!

carlos -

Bonitos sentimientos. Añoranza, morriña,saudade...Pero ¡Siempre te quedará París!.

isa -

Parece una justificación, es cierto. Estaba leyendo los coments a mis post anteriores, y me entró una especie de paranoia... parecía todo tan superficial, que me quedé helada. Y todo esto mezclado con la morriña y la añoranza, hicieron el resto...
He vuelto pelín tocadilla esta vez, pero es normal, dentro de unos días todo habrá pasado.

Todos tenemos adicciones, y la mía es la tecnología y los zapatos, que por cierto, en Zaragoza son horribles ;)

Fan total de apple y de Blythe por supuesto. Cuando algo me gusta soy muy pesada, no paro.

Y el rugby así es, a mi tambien me paso, hace muchos años, cuando iba a Francia a estudiar, me engancho, pero aqui es dificil seguirlo. Así que este viaje ha sido como una vuelta a la infancia...

Respecto a la magdalena de Marcel Proust, si me la he tragado. Quizás el subconsciente me ha jugado una mala pasada...

Pat Rizia -

Emociona esa infancia tipo Cuéntame, que también es un poco como la mía. El sofá como parapeto y creer que todo es posible, hasta que alguien va y te demuestra lo contrario. Desde luego y según lo que escribes, de frívola tienes poco. Una fan de las Blythe y lo Ipod dixit.

calocen -

Enhorabuena, te acabas de comer la magdalena de Proust.

Ohdiosa -

Paris no tiene excusa, semejante ciudad permite hacer lo que a una se le antoje, sin explicaciones, sin perdones...

y por otro lado...qué tiene el rugby que te engancha desde el primer partido?? mira que no soy mucho de deportes y cuando viví en francia, a los tres días de mi llegada ya estaba asistiendo a uno de los partidos del "castres olympique"...aayy!!

la otra patri -

no des escusas, enseñanos fotos ;) y matanos de la envidia

Javier Leiva -

No hay que justificarse. Si así lo sientes, así está bien.

Un abrazo.

pasapues -

¿Pedir escusas por ir a Paris?
¡¡¡ Hasta donde vamos a llegar !!!