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La Historia se repite

Cuando éramos niños esperábamos ilusionados la Nochebuena.

Redactábamos una ingenua carta con una enorme lista de "Quiero que me traigas", y pasábamos contando los días con un aparato que llamábamos "Ya solo faltan".

Y cada mañana nos asomábamos a ver cuantos días faltaban para Navidad.

Pero a medida que se acercaba el día, las horas se nos hacían eternas y pasaban llenas de advertencias de "Si no te portas bien".

Gozábamos las posadas, visitábamos a la familia, íbamos de compras, llenábamos de focos nuestro pino hasta que, por fin, llegaba la anhelada Nochebuena.

La casa se llenaba de alegría y, con la mágica aparición de los regalos, las ilusiones se volvían realidad y, por un momento, olvidábamos el verdadero significado de la Navidad. Hoy nuevamente llega la Nochebuena y la historia se repite con los hijos, que pasan los días redactando borradores de tiernas cartas con una imaginación sin límites. Piden, piden y piden: juguetes, pelotas, muñecas, "O lo que me quieras traer".

Y mientras a los niños la Navidad los llena de ilusión, a los adultos nos llena de esperanza y nos permite convivir con la familia regalándonos unos a otros cariño y buenos deseos, brindando por nuestros éxitos, apoyándonos unos a otros, apoyándonos en nuestras derrotas y tratando de entendernos.

Gabriel García-Marquez

 

Hoy no es Navidad, es San Antonio de Padua, hace mil años, intente ser catequista en esta iglesia, digo intente, porque dure un domingo o dos a lo sumo . No iba conmigo lo de la catequesis, lo de evangelizar , es muy duro. Recuerdo que había siete u ocho niñas y un par de chicos. Como podemos ser tan marisabidillas?, por supuesto se sabían el catecismo mejor que yo, aquellas niñas, me derrotaron. Al año siguiente lo volvi a intentar, y si la primera vez dure dos domingos, mi segundo intento todavía fue peor, no llegué ni a terminar.

Me toco una panda de vandalos de 8º de EGB, (yo debía ir a 2º de BUP, o algo así), que se me comieron con patatas fritas. Una panda de chicos con las hormonas revolucionadas y yo en medio, intentando contar algo que ni siquiera me creía. Salí por la puerta como pude y la cerré bien cerrada, estaba claro que mi camino no era evangelizar a los bárbaros. Pero hasta que no lo hice no lo supe. Intentarlo hasta el final incluso contra natura, pero siempre natura gana, sólo es cuestión de tiempo.

Entonces decidí que los domingos mejor los emplearía en patinar y tomarme una coca cola con mis amigas. Lo mejor de hoy, las rosquillas.

 

8 comentarios

isabl -

Equivocarse para mi es estar vivo, equivocarse y aprender, prueba y error...

Y esa frase.. cuántas veces la he escuchado, sin ánimo de ofender, me recuerda a mi abuelo.

carlos -

"Lo que Natura non da, Salamanca non presta...". La adolescencia es dura en cuanto a la búsqueda de uno mismo. Pero hay que seguir buscando a lo largo de toda la vida. Por ello nos equivocamos tantas veces.

enver555 -

De las rosquillas nada, lo mejor de San Antonio, son los panecillos bendecidos de la parroquía de San Pedro Apostol del Barrio Oliver. Si eso no es el maná no sé yo lo que será eso.

CarlosLM -

Caramba… a mi también me trae muchos recuerdos, yo hice la primera comunión en San Antonio…

Respecto a los bocadillos tenía el mismo problema pero a mi no me lo quitaban a mi me tocaba el “¿me das un mordisco?”. Si decías “no”, te tachaban de rácano y miserable y si decías “si” terminabas con un tercio del bocadillo y encima “chupado”. Eso si, recuerdo que éramos varios los sufridores de la “tribu del mordisco” y que al cabo del tiempo nos asociamos, pedimos permiso al colegio y montamos un puesto de bocadillos en el recreo, entonces me vengué de los gorrones con frases del tipo, “vega no seas rácano que el bocata son 20 pts”. Debió de marcarme la experiencia porque hoy en día tengo una empresa de informática tras años de padecer lo de “oye pásate por mi casa a mirarme el ordenador que algo le ocurre…”. Esta claro que la infancia te marca.

isabl -

En mi casa no se celebran los santorales, simplemente me he acordado de aquello, y me ha hecho gracia recordarlo. En que estaría yo pensando... recuerdo que mi padre no daba crédito,aunque fuí a colegio de monjas, en mi casa, lo de la religión como que no...

A mi hermano también se le comían el bocata, y venía llorando todos los recreos a pedirme socorro. Claro en aquella etapa en la que yo les sacaba dos cabezas a toda aquella panda de mocosos..., luego yo me quedé y ellos siguieron creciendo, cambiaron las tornas y acabaron comiendose mi bocata

ana -

felicidades a todos los antonios!!! voy a comprarle unas rosquillitas a mi padre...
y los que tengan animales, a bendercirlos, por cierto sirven los de peluche?

torresburriel -

A mi es que los festejos sacros me pillan un poco a desmano y no se muy bien por dónde me da el aire ahi, pero vaya, que esa panda de bárbaros debían ser familia de los que me quitaban a mi el bocadillo cuando ellos iban a 8º y yo iba a 1º... de EGB.

¿Sabrá alguien hoy día lo que era la EGB?

No habléis de rosquillas que tengo un hambre que me muero ;-)

Ohdiosa -

aay qué maravilla, las fiestas de san antonio. Yo vivo al lado y desde mi habitación escucho los petardos y a veces las ferias que hay montadas junto al canal...

y sin duda alguna, lo mejor de hoy, las rosquillas uuuummm!!