
Estos días he estado releyendo a
Zimmermann , recordando su discurso sobre lo bello y lo útil...
Zimmermann habla de la belleza intelectual o de la inteligencia, tema bastante inusual, en el ámbito del diseño, donde como para la mayoría de las personas, la belleza se da por la visión o por la audición.
La belleza es una cuestión que se discute en varios de los diálogos de Platón. Sócrates y el sofista Hipias son los únicos interlocutores presentes. ¿qué es lo bello?
Sócrates: … tomemos como bello lo que es útil. He hablado haciendo la reflexión de este modo, son bellos los ojos, no los de condición tal que no pueden ver, sino los que sí pueden y son útiles para ver. ¿Es así?
Hipias: Sí.
Sócrates: Luego también, siguiendo de este modo, decimos que todo el cuerpo es bello bien para la carrera, bien para la lucha, y lo mismo, todos los animales, un caballo, un gallo, una codorniz; los enseres y todos los vehículo de tierra; en el mar, los barcos o las naves trirremes, y todos los instrumentos, los de música y los de las artes y, si quieres, las costumbres y las leyes; en suma, llamamos bellas a todas estas cosas por la misma razón, porque consideramos en cada una de ellas para qué han nacido, para qué han sido hechas, para qué están determinadas, y afirmamos que lo útil es bello teniendo en cuenta en qué es útil, con respecto a qué es útil y cuándo es útil; a lo inútil para todo esto lo llamamos feo. ¿Acaso no piensas tú también así, Hipias?
Hipias: Sí, lo pienso.
Platón escribió este diálogo entre 388 y 385 AC. A pesar de que han pasado más de dos milenios, las cuestiones que aborda el diálogo y los conceptos que en él se manejan, siguen siendo relevantes en el debate sobre el diseño. Lo que aquí puede interesar como conclusión, es si los elementos que aparecen en el diálogo pueden aportar algún criterio para evaluar “lo bello” de un diseño, para determinar “lo adecuado, conveniente, apropiado o útil” y, por tanto, “lo bello” de una cosa.
* Para qué ha nacido el objeto.
Pregunta por su razón de ser.
* Para qué ha sido hecho el objeto.
Pregunta por su finalidad.
* Para qué está determinado el objeto.
Pregunta por su función.
* En qué es adecuado el objeto.
Pregunta por su forma y sus materiales.
* Con respecto a qué es adecuado el objeto.
Pregunta por su uso.
* Cuándo es adecuado.
Pregunta por su utilidad.
Zimmermann razona como un objeto sería bello si manifestará algún tipo de belleza de la inteligencia y si su uso, al que ha de servir fuera perfectamente expresado en su seña. Y además apunta que los materiales con los que el objeto está hecho, deberían ser adecuados para su uso, reforzando así de esta manera la seña del objeto. Pone como ejemplo el encendedor Bentley.
Funciones del encendedor Bentley:
1. pisar tabaco
2. encender
3. limpiar la pipa
Las funciones de pisar y limpiar las ejecuta la pieza incorporada al mechero: su base redonda, que en el otro objeto es fija, aquí es movible. Cuando se la aplana, sirve como espátula para limpiar el cabezal de la pipa; cuando esta misma pieza redonda se pone en sentido perpendicular respecto de su tronco, sirve para pisar el tabaco. Además, en la parte superior plateada del encendedor se halla un regulador de llama en ambos lados El encendedor es un ahorrador de gestos, y puede ser utilizado por personas diestras o zurdas. Conjuga tres en uno. Es un objeto que se auto-explica, formalmente es bello, y cada parte que lo integra es el resultado de un proceso de pensamiento anterior, dando como resultado un máximo de servicio con un mínimo de piezas y gestos. Detrás de cada una de sus piezas, queda patente la inteligencia que las obró.
Para mí también lo útil es bello. Trasladando estas reflexiones a nuestro mundo web, sería perfecto que nuestras interfaces demostrarán en cada gesto del usuario, todo el potencial humano, toda la inteligencia con la que se piensan, y se desarrollan. Dejémonos el seso pensando en nuestros productos, pensemos realmente en los gestos, seamos ahorradores, hagamos las cosas fáciles. No seamos arregla bugs, seamos cabezas pensantes.