Zaragoza mon amour
Hacía ya varios meses que no te pisaba, tenía muchísimas ganas de verte. Un fin de semana tan intenso, que todavía no he aterrizado en mi realidad madrileña.
Llegué el viernes a primera hora de la tarde y comenzó el maratón. Reencuentro con viejas amistades, besos, abrazos, cerves, el Bacharach... Cuando entré me invadió la tristeza, casi rompo a llorar, todo me parecía raro, pero encontré caras conocidas, me serené y todo fue maravilloso escuchando una vez más Sweet Caroline.
Sábado maratoniano, amigas, horas de terracismo, comida, El Plata, la Expo. Y una vez más me regalaste una perfecta y larga noche.
Todavía me dió tiempo el domingo, para dar una pequeña vuelta por mi barrio, y pensar lo mucho que te echo de menos. Me fuí a la estación bastante triste, pero eso es otra historia...
En septiembre te vuelvo a ver.
Zaragoza mon amour, es el blog de una amiga.
6 comentarios
isabl -
Mac Kleinman -
http://vids.myspace.com/index.cfm?fuseaction=vids.individual&videoid=5146616
Max Kleinman -
Además, ya que estamos con el viaje en tren, te dejo un poema de (Antonio) Machado que creo que lo resume bastante bien.
EL TREN
Yo, para todo viaje
siempre sobre la madera
de mi vagón de tercera,
voy ligero de equipaje.
Si es de noche, porque no
acostumbro a dormir yo,
y de día, por mirar
los arbolitos pasar,
yo nunca duermo en el tren,
y, sin embargo, voy bien.
¡Este placer de alejarse!
Londres, Madrid, Ponferrada,
tan lindos... para marcharse.
Lo molesto es la llegada.
Luego, el tren, al caminar,
siempre nos hace soñar;
y casi, casi olvidamos
el jamelgo que montamos.
¡Oh, el pollino
que sabe bien el camino!
¿Dónde estamos?
¿Dónde todos nos bajamos?
¡Frente a mí va una monjita
tan bonita!
Tiene esa expresión serena
que a la pena
da una esperanza infinita.
Y yo pienso: Tú eres buena;
porque diste tus amores
a Jesús; porque no quieres
ser madre de pecadores.
Mas tú eres
maternal,
bendita entre las mujeres,
madrecita virginal.
Algo en tu rostro es divino
bajo tus cofias de lino.
Tus mejillas
esas rosas amarillas
fueron rosadas, y, luego,
ardió en tus entrañas fuego;
y hoy, esposa de la Cruz,
ya eres luz, y sólo luz...
¡Todas las mujeres bellas
fueran, como tú, doncellas
en un convento a encerrarse!...
¡Y la niña que yo quiero,
ay, preferirá casarse
con un mocito barbero!
El tren camina y camina,
y la máquina resuella,
y tose con tos ferina.
¡Vamos en una centella!
Pues eso, el placer de alejarse.
M.K.
isabl -
Max, gracias por recordarme esta bonita canción :)
Max Kleinman -
"Im sittin in the railway station
Got a ticket for my destination
On a tour of one night stands
My suitcase and guitar in hand..."
Teresa -
la verdad es que siempre es un placer volver a zgz, la próxima una cañita juntas eh!!!
un beso grande